lunes, 14 de septiembre de 2015

por no hablar del perro

Hace tiempo, y un poco en broma, Lupita compartió con algunos amigos una lista de todas esas lecturas que dejaba para más adelante, los libros que se llevaría a la isla desierta de la jubilación. "Cuando tenga tiempo". Y lo decía medio en serio. Que si Proust, que si Mann, que si los rusos. (Todo animadísimo, además.)



Hoy, cuando han pasado unos cuantos años y muchas novelas, se da cuenta de lo absurdo de todo aquello... Era como dejar los deberes para las vacaciones de verano. Así que rompe la lista, que ha encontrado entre otros papeles mientras hacía limpieza en el despacho, y decide que, si hiciera otra, la llenaría de esos títulos que le apetece leer hoy mismo y no por obligación o mala conciencia cultural, sino por curiosidad. Y añadiría, además, todas esas relecturas que tiene pendientes, cosas que le gustaron mucho y cosas que fue dejando a medias porque igual no supo leer en su momento. Así que ahí estarían Chesterton y Poe, claro, y a lo mejor hasta Proust (no se rinde), pero también Mujercitas o Forastero en tierra extraña. Y todo Sherlock Holmes, otra vez. Y Tres hombres en una barca, que está segura de que le va a gustar mucho. 


(Y, mientras piensa en la lista y va añadiendo nombres y títulos, una sonrisa le ilumina la cara: así, sí.)

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