domingo, 30 de marzo de 2014

maldito viento

Lupita se ha comprado, para recibir a la primavera, una gabardina corta y blanca, muy ligera, como de película francesa: Belmondo, Seberg, Anna Karina... Se ha comprado también unas deportivas rojas y un pintalabios de color cereza. Se ha cortado el pelo muy corto, se lo ha teñido de rubio. Además, ha estrenado un gorrito a juego con las deportivas y los labios, que ha salido volando a la primera ráfaga de viento, maldita sea...


Ahora ya solo queda esperar al sol.

lunes, 24 de marzo de 2014

no hay manera

Cuando recibió la invitación al grupo de Facebook no se paró a pensarlo, pero en cuanto que vio el título de la página, Lupita sintió que la pereza le trepaba por la espalda: "Amigos de los 80", puf... 

Estuvo viendo fotografías de gente que le resultaba familiar, miradas antiguas que le trajeron a la memoria otras, más vivas, de cuando se llamaban unos a otros por el apellido y cualquier excusa era buena para hacer pactos de sangre. Buscó, casi sin querer, a M, que llevaba las faldas más cortas de todo el instituto y cuya voz arenosa perturbó sus sueños durante muchos años, pero a quien encontró fue a L, oculto tras una papada indecente y una sonrisa que hablaba de demasiados fracasos. Cerró la página y a punto estuvo de bloquear a quien la había invitado... Se sintió de repente muy cansada y salió al balcón. Encendió un cigarrillo, el segundo del día: le hacía falta.



Al hijo de A le encontraron el mes pasado un tumor. J lleva bien la muerte de su hermano, pero todavía cuesta verla y pensar que él no está ya. S ha superado lo del divorcio, y la hija de B está tan mayor que da vértigo pensar que no hace tanto la sostenía en el regazo, cuando era todo cabeza redonda y ojos como platos. Joder, si está a punto de acabar la tesis... Tanto tiempo, tanta gente querida.

Enciende otro cigarrillo. En la calle no hay nadie, el bar de enfrente está echando el cierre. Sin darse cuenta vuelve a pensar en M, los muslos morenos de M... Y se imagina por un momento una de esas reuniones de viejos amigos de cine, Reencuentro, o Los amigos de Peter... Comparar heridas, entregarse a la melancolía y hacer chistes tiernos y muy graciosos...  Reírse por no llorar.

Apaga el cigarrillo y vuelve adentro. Está echando de menos un buen guión en su vida... uno de Kasdan, por ejemplo. 

Pero no. No hay manera.

lunes, 17 de marzo de 2014

de papel

La joven Lupita adoraba la ceremonia de empezar a leer cada nuevo libro. Le gustaba sentirlo entre las manos, experimentar su peso y volumen, acariciar el lomo, el canto de las páginas, hojearlo y detenerse en un párrafo al azar, acercar la nariz y oler el aroma del papel. Las primeras líneas eran una puerta que se abría a otro mundo en el que pasaba las horas muertas, un otro mundo del que a menudo le costaba regresar para enfrentar la tarea cotidiana de hacer la cama, cenar verdura, ir a clase, rosa rosae... 

Hoy el tiempo apremia y los días se amontonan en semanas que corren, veloces, hasta acumularse en meses, y apenas si puede ya pararse a leer despacio, como antes; apenas si consigue escamotearle a la rutina diaria un rato para empaparse de aventura y escalar paredes de palabras, desplegar las velas y dejarse llevar a islas desconocidas... 



Echa de menos pasear por Barsoom y por Oz, añora al capitán Nemo, al doctor Watson, a Dorothy o a Ijon Tichy , que tanto la hizo reír...Y, eso sí, le encantaría pegarle una buena paliza al tal Grey. Por moñas.

lunes, 10 de marzo de 2014

WAR




Los rusos moviendo las tropas y tú y yo aquí, Lupita. Haciendo poesía...

Debería darnos vergüenza.

lunes, 3 de marzo de 2014

time

Nadie se extrañó cuando Lupita anunció que se había alistado en el Programa de Exploración Temporal: su relación con los relojes fue siempre digamos que flexible... incluso errática. La puntualidad, en fin, no estuvo nunca entre sus muchas virtudes, y una vez comenzó la etapa de ensayos perdimos la esperanza de que alguna vez llegara a estarlo. Desaparecía durante días, acudía a citas que no se habían fijado todavía... un desastre.

Una vez que los cronoviajes comenzaron en serio, la situación pareció adquirir una sombra de estabilidad, o quizá es que todos acabamos por fingirlo, no sé bien. El caso es que nuestras vidas continuaron su rumbo lineal, aderezado por las apariciones inesperadas y desordenadas de una Lupita que era a veces más joven de lo que correspondía y a veces parecía venir de tan lejos que nos miraba como si no nos reconociera. 



Pero no a todo nos acostumbramos, o yo no sé hacerlo, y es que hay cosas difíciles de asimilar. La Lupita que anoche me besó, por ejemplo, esa Lupita de labios húmedos y olor a mandarina... ¿de cuándo es? ¿La próxima vez que la vea será para ella un después o un antes de ese beso? ¿En qué momento del futuro ese beso tendrá continuidad... o será que la tuvo en el pasado, esa noche inesperada de hace dos años?

Lupita, vas y vienes y yo ya no sé...

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