lunes, 8 de septiembre de 2014

geometría

Saber que, en alguna parte, Lupita pasea. Saberla sentada en una terraza tomando un café con hielo, fumando despacio, las piernas cruzadas, la mirada perdida.


Formular posibles rutas de colisión. Trazar una curva que propicie un punto de intersección. Definir una órbita en espiral descendente que acabe colapsando en su dormitorio una madrugada fría y con sabor a ron tibio, a sudor.

Tatuar en su espalda arqueada la fórmula y los diagramas, como un mapa del tesoro.

2 comentarios:

  1. Intentar huir del abrazo parásito de la ciudad allá donde se remansan las aguas del Ter y las corrientes del espíritu intentan calmarse y encontrar de forma fulminante otra señal del rastro de nuestra adorada y añorada Lupita.

    No tendré la suerte de volver a cruzarme contigo, Lupita, pero tampoco me es permitido sepultar tu recuerdo.

    https://www.dropbox.com/s/czsbeye158disgx/Lupita_Estartit.jpg?dl=0

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