lunes, 12 de mayo de 2014

en voz baja

Voy a esperar a que no haya nadie mirando, Lupita. No quiero que nos puedan oír, que lo que quiero decirte no le importa a nadie más que a ti y a mí, bien que lo sabes.



Y cuando estemos solos, voy a decírtelo muy bajito y al oído, niña, porque me gusta cómo huele tu pelo y me gusta la curva de tu cuello, y porque te quiero tener muy cerca cuando lo escuches, y mirarte a los ojos...

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