lunes, 14 de octubre de 2013

octubre

Las primeras lluvias del otoño provocan siempre cierta sensación de euforia, después de un agosto sofocante y un septiembre demasiado largo, demasiado cálido. El olor del césped húmedo, el frescor en el aire...



A Lupita toda esa euforia se le pasa de golpe cuando pisa el primer charco cenagoso y el agua sucia le salpica hasta medio muslo... A partir de entonces, ya todo es esperar a que vuelva el puto sol.

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