Ha pasado el tiempo y ya toca vaciar los armarios, seleccionar qué se tira y qué se hace con lo que no: las horas se van en pasear por la casa entre los recuerdos que acechan en cada rincón.
En el altillo de la que fue su habitación, Lupita ha encontrado en una caja un vaquero desgastado que no podría ponerse hoy sin reventar las costuras, y ha encontrado unas fotos desenfocadas de su primer viaje a Londres, y un puñadito de púas de guitarra, y una camiseta casi andrajosa de Kortatu. Y se ha quedado un buen rato ahí sentada, mirándolo todo con una media sonrisa congelada en los labios, entre el vértigo y la ternura.
Y lo ha decidido de golpe: de este año no pasa que se compre unas doctor martens de color rojo, se lo debe a esa chavala de pelo mal cortado que la mira desde las fotos, con su boca grande y sus ojos de mapache. Las que no pudo traerse de su primer viaje a Londres, porque el dinero era el que era y había tantos discos que comprar. Las que nunca se animó luego a regalarse, porque había siempre otras cosas, y lo primero es lo primero.
Porque ya es hora.
Porque ya es hora.
el año pasado pedí que me regalaran, para mi cumpleaños, unas martens. negras, de zapato, como las que lleva amelie, pero martens al fin y al cabo.
ResponderEliminara mí mi primer viaje a londres me dio para un agujero más en la oreja.
ay lupita... voy haciéndome a la idea de lo mucho que la voy a echar de menos cuando no esté.
me encantan estas coincidencias...
Eliminara Lupita no le queda mucho ya, pero no nos va a abandonar del todo... habrá sorpresas, si todo sale bien
;-)