A Lupita le gusta hacer la última guardia. El horizonte se tiñe de rojo sangre antes de que el sol vuelva a abrasar el paisaje, y la madrugada aún deja un respiro fugaz de aire fresco.
Luego ya todo es una rutina frenética: despertar a los demás y preparar la primera defensa, las primeras incursiones; acechar el rumor metálico de los drones, vigilar el cielo encendido en busca de merodeadores, alerta siempre, sin detenerse a pensar...
Es la mejor en lo suyo, feroz e implacable, pero esos minutos de calma antes del amanecer no los cambia por nada...
Luego ya todo es una rutina frenética: despertar a los demás y preparar la primera defensa, las primeras incursiones; acechar el rumor metálico de los drones, vigilar el cielo encendido en busca de merodeadores, alerta siempre, sin detenerse a pensar...
Es la mejor en lo suyo, feroz e implacable, pero esos minutos de calma antes del amanecer no los cambia por nada...
No hay comentarios:
Publicar un comentario