ARRIBA. Rutina y método, pasillos metálicos, el zumbido perpetuo de la ventilación. Apenas hay momentos de ocio, y Lupita los suele pasar en el mirador, contemplando en silencio la superficie terrestre allá abajo.
ABAJO. Cómo explicarle a su abuela, la misma que de muy pequeña le contaba que había viajado por el mundo entero en el dobladillo del pantalón de un gigante, encaramada como quien se asoma al balcón, la misma que la convenció de tratar de usted a los gatos que merodeaban el patio soleado (todavía hoy lo hace, con una media sonrisa cómplice, siempre que se cruza con uno). Cómo explicarle que la Estación Espacial no se cae desde allá arriba precisamente porque está siempre cayendo, que el secreto es ese, no terminar nunca de caer... Cómo explicárselo y que duerma tranquila, que sueñe con una Lupita que se asoma desde el cielo como ella se asomaba al mundo desde su gigante andariego...
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