Lupita tiene ya sus años y sabe de sobra lo que es importante y lo que es accesorio, lo que cuenta y lo que sobra. Sabe que La Sombra sabe, y conoce la potencia de la mente analítica y de los puños demoledores de Doc Savage. Sabe que en Venus hay selvas asfixiantes, y conoce de memoria los canales de Marte, como conoce la maldad de Ming el Despiadado. Sabe también que un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y que Roma no paga a traidores. Y que no hay nada mejor y más elegante que una luger bien engrasada o el vuelo silencioso de un zeppelin.
A veces, cuando todo está patas arriba y no sabe cómo avanzar, por dónde empezar, se dice a sí misma cuánto más fácil no sería llamar a un puñado de amigos broncos y melancólicos y montar una buena ensalada de tiros, salir de allí con una pistola en cada mano y una sonrisa en los labios. Como en esas películas de Hawks que no son como la vida... pero ojalá lo fueran, joder...
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