Vino rojo y chocolate negro. Es la combinación perfecta, Lupita lo sabe bien. El sabor áspero del vino, el amargor untuoso del chocolate y el aire fresco de la noche, cuando por fin se disipa el calor y se puede respirar en el balcón.
Irse a la cama después con ese dulce mareo, soñar sueños inconfesables... No hay nada mejor.
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