lunes, 27 de mayo de 2013

punk

Después de cada poema levanto la vista del libro y dejo que se pierda entre los rostros que me rodean. Un respiro. Como quien limpia el paladar entre un vino y otro. Y se me ocurre que esto de leer poesía en el autobús debe ser cosa de la edad. Igual que lo del vino...

Si Lupita me viera, pienso, se tiraría al suelo y se mearía de la risa




Con toda la razón, joder...

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