No había cumplido los catorce y ya Lupita había decidido que lo mejor de ser chica son las botas de agua. Los años han pasado en un suspiro, se duplicaron, se triplicaron, y muchas cosas han cambiado en su manera de ver el mundo, pero no el asunto de las botas. Las tiene de todos los colores y con múltiples estampados, todas brillantes, alineadas en sus armarios como un ejército de superhéroes de charol.
Le gusta vestir de luto riguroso para ponerse las botas rojas, y le encanta usar las de dibujo mondrian para combinar con su impermeable amarillo. Después de comprar su último par ha tomado una decisión: se mudará a alguna ciudad lluviosa del norte para así poder lucirlas a diario.
EL SEÑOR AÍSA SABE CUANTO HA INFLUIDO MONDRIAN EN EL DESARROLLO DE MI SENSIBILIDAD ARTÍSTICA.NO SABIA QUE COMPARTIERAMOS ALGO ASI SEÑORITA.ESTA MAÑANA ES MÁS LUMINOSA GRACIAS A USTEDES CUATRO.
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