lunes, 3 de noviembre de 2014

geiger

Lupita recorre, meticulosa, el desierto de Nevada. Sigue una ruta fantasmal de instalaciones abandonadas y edificios destruídos por las pruebas nucleares desde los años cincuenta. Paisajes lunares, carreteras truncadas, paredes de hormigón derretidas en medio de un océano de arena cristalizada. En ocasiones, el oscuro bostezo de la boca de un túnel que conduce a instalaciones subterráneas pobladas por maniquíes fundidos: los restos de un simulacro abrasado de vida cotidiana.



Lupita,arqueóloga postindustrial, fotografía y documenta, fija todo lo que ve en imágenes de una nitidez turbadora. Camina como en un sueño de ámbar, acompañada únicamente por el sonido mecánico y fiable de sus cámaras, y por el crujido insistente de palomitas en un microondas que emite sin descanso el contador geiger.


2 comentarios:

  1. Tengo una amiga que tiene un geiger en su habitación. Uno que funciona de verdad y siempre me ha resultado fascinante pensar que podría ir por el mundo midiendo la radioactividad de las cosas. Me ha encantado el simil de sonido con las palomitas de microondas :D

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