Son cosas que no sé bien cómo decirte, Lupita... Sí sé que, si estuvieras aquí, te lo diría al oído: voy a esperarte hasta que aprendas a volar, o hasta que vuelvas de Marte...
Con una copa de vino blanco bien frío. Pero que te quede claro: yo te espero el tiempo que haga falta.
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