Los agujeros negros son cuerpos cuya masa es tan grande que la gravedad que generan no deja escapar ni siquiera la luz. Lo que podemos ver de ellos es lo que denominamos horizonte del suceso: la distancia máxima a la que no se puede escapar de su atracción. Si un cosmonauta viajara al interior de un agujero negro, al atravesar el horizonte del suceso se encontraría con que espacio y tiempo intercambian sus papeles: el espacio transcurre y el tiempo se podría medir en centímetros.
En el centro de todo agujero negro se oculta una singularidad, un punto del espacio en el que la gravedad alcanza valores infinitos. Un punto que, al haber cambiado espacio y tiempo sus funciones, no ocupa un lugar determinado, sino que se remonta hacia delante y hacia atrás en el tiempo, en el futuro y en el pasado.
En el centro de todo agujero negro se oculta una singularidad, un punto del espacio en el que la gravedad alcanza valores infinitos. Un punto que, al haber cambiado espacio y tiempo sus funciones, no ocupa un lugar determinado, sino que se remonta hacia delante y hacia atrás en el tiempo, en el futuro y en el pasado.
Sé mucho más de agujeros negros de lo que voy a saber nunca sobre Lupita, qué más quisiera... Lo que sí sé de ella con toda seguridad es dónde se localiza su horizonte del suceso: podría trazarlo con los ojos cerrados... lo dibujaría con la punta de la lengua...
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