El olor del café lo va a asociar Lupita siempre a su infancia, a las tardes de domingo en casa. Su madre solía tomar tanques de café de puchero, negro y fragante, mientras dejaba pasar el tiempo fumando, leyendo, escuchando música lánguida. Lupita recuerda la textura arenosa del sonido: vinilos muy usados y un tocadiscos con mucha mili. Recuerda esas tardes largas de domingo, sentada al lado de su madre en el sofá para dos, arrebujadas en una manta de cuadros rojos y negros y viendo llover al otro lado del ventanal.
Nunca han sido tan largas como entonces sus tardes de domingo... y no ha vuelto a disfrutar nunca tanto de ellas.
Me gusta mucho, son muy bonitos
ResponderEliminar¡Gracias!
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