Lupita tiene a veces que encerrarse con la batería, y pasa horas tocándola
con la precisión de un metrónomo y la furia de un huracán
el bombo suena como el corazón de un gigante
y ella toca sin descanso hasta que el sudor le resbala por la espalda
y le duelen los brazos, los hombros
toca hasta agotarse y quemar la mierda acumulada
toca para poder después volver al mundo nueva y limpia
para enfrentar otro día
para no dejarse doblegar
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