Otra mudanza. Ojalá sea la última... al menos, en una buena temporada. Lupita abre cajas que no llegó a abrir la última vez porque hay que aligerar equipaje y dejar atrás lastre, cajas con libros, cuadernos, discos
Hay que elegir. Va apartando volúmenes manoseados, ejemplares que leyó muchas veces y títulos que pensó que leería más adelante y ni por esas. Los dedos se le ennegrecen de polvo, y mientras hojea encuentra pequeños tesoros inexplicables entre las páginas: billetes de metro, fotografías, recortes de periódico amarillos y crujientes... ex libris de andar por casa.
Boris Vian y Henry Miller, Lawrence, Lem, Cortázar, Rulfo, ¡Asimov! Hay libros que le salvaron la vida y libros que la llevaron de la mano un tiempo y quedaron atrás. Libros de los que nada recuerda, ni siquiera a cuento de qué están ahí, y otros que permanecen vivos en su cabeza, esos que le explotaron entre las manos y le cambiaron la vida. Elegir parece difícil, pero en realidad no lo es: está lo que importó y está lo que ya no importa, y luego los discos, ahí la cosa se complica porque pesan como un dolor y guardan canciones que están pegaditas a tantos momentos, buenos o malos... Billy Bragg, que no quiere cambiar el mundo pero a ella se lo cambió, The Smiths, Stereolab, Jonathan... Cuando encuentra el maxi de Blue monday decide que lo primero que va a hacer, mañana mismo, es conseguir un plato para poder escuchar todos esos discos, todos, en su casa nueva, con las ventanas abiertas de par en par...
Hay que elegir. Va apartando volúmenes manoseados, ejemplares que leyó muchas veces y títulos que pensó que leería más adelante y ni por esas. Los dedos se le ennegrecen de polvo, y mientras hojea encuentra pequeños tesoros inexplicables entre las páginas: billetes de metro, fotografías, recortes de periódico amarillos y crujientes... ex libris de andar por casa.
Boris Vian y Henry Miller, Lawrence, Lem, Cortázar, Rulfo, ¡Asimov! Hay libros que le salvaron la vida y libros que la llevaron de la mano un tiempo y quedaron atrás. Libros de los que nada recuerda, ni siquiera a cuento de qué están ahí, y otros que permanecen vivos en su cabeza, esos que le explotaron entre las manos y le cambiaron la vida. Elegir parece difícil, pero en realidad no lo es: está lo que importó y está lo que ya no importa, y luego los discos, ahí la cosa se complica porque pesan como un dolor y guardan canciones que están pegaditas a tantos momentos, buenos o malos... Billy Bragg, que no quiere cambiar el mundo pero a ella se lo cambió, The Smiths, Stereolab, Jonathan... Cuando encuentra el maxi de Blue monday decide que lo primero que va a hacer, mañana mismo, es conseguir un plato para poder escuchar todos esos discos, todos, en su casa nueva, con las ventanas abiertas de par en par...
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