Naúfraga en un planeta rojo, alejada de las rutas seguras y sin manera de contactar con la base, Lupita camina, corre, salta, baila en la microgavedad. Contempla las estrellas, inventa constelaciones, las bautiza con títulos de películas, con nombres de bares, con versos de canciones de Sinatra...
Y de pronto, inesperada, una huella. Una huella solitaria muy cerca de los restos del naufragio. Una huella nítida en la arena, descalza, alienígena... Como una bomba.
Y Lupita se pregunta...
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